Mostaza Gálvez

El sonido de Mostaza Gálvez se mueve entre el indie más guitarrero y el rock de sintetizadores, pero mantiene una sensibilidad melódica deudora del pop de finales del siglo XX. Vida y milagros recoge los mejores momentos del dúo durante sus sesiones de grabación en los estudios Álamo Shock. Grabado en tomas únicas, sin trucajes digitales y con equipo analógico vintage, el resultado se muestra fresco, real y repleto de guiños a la vida nocturna, el drama, la instropección y, cómo no, al amor desde lo más extremo de sus perspectivas.

Me vuelvo con lo puesto da muestra de cómo empezar un disco con un puñetazo en la cara. La trilogía de desamor, arrepentimiento y renacer que es Restos, La noche nos engaña y No, no, no se sucede como una tromba de guitarras y voces potentes. Todo el disco lleva impreso cierto sentimiento de catarsis que llega a su máximo en Radio, canción grabada en horario ultranocturno y en la que se pueden escuchar los camiones del ayuntamiento de Madrid recogiendo la basura.

La grave voz de Frank y el registro agudo de Guille empastan a la perfección y se van alternando a lo largo del disco, ya sea en forma de voz principal o coros. Es el caso de Ya, uno de los cortes más preciosistas y con dominante uso de violines donde Guille se hace con las riendas vocales y que resulta ser una de las canciones más emocionantes. Violines, trombones, trompetas, piano y pedal steel se añaden al clásico guitarra, bajo, batería y sintetizador para hacer que el disco suene variado, íntimo como en el caso de Vértigo –interpretada por la mágica voz de Ana Fernández-Villaverde y las caóticas guitarras de David Rodríguez, ambos de La Bien Querida– o grande como el final de Hay algo. Barro y fuego está basada en un poderoso ritmo que da muestra del talento para la batería de Fran Gas y Jorge Santana y aporta el toque más oscuro del conjunto.

Vida y milagros ha contado con la colaboración de músicos como Mayor Tom, Juanjo Reig (Cycle), Antonio Poza (Miss Caffeina), Naima Mohamed, Javi Gascón, Miguel Ángel Varela y Carla F. Benedicto.