Ya han pasado unos días desde que nos juntamos un grupo de actores y actrices a buscar las maneras de encarnar algunos textos de Fernando Pessoa en el taller que nombramos Todo este universo. Entre mis notas de esos días, leo:
- Darle espacio a la resonancia de las palabras.
- Ir al encuentro de los textos permitiendo que el sentido resuene una vez que la palabra ha sido dicha, y no antes.
- No pretender saber de antemano más que las palabras, que sean ellas las que informen al cuerpo.
- Intentar incluso permanecer en la pregunta, antes de capturar un sentido.
- ¿Qué está pasando ahora? ¿Y ahora? ¿Y ahora?
- Asomados para poder estar asombrados. Para poder dejarse mover completamente.
- Trabajando con los actores y las actrices en la encarnación de estos textos, aparecía la confirmación de la necesidad de soltar toda idea previa para que algo pudiera suceder en presente.
- Las primeras tres acepciones que señala la RAE como significados de “presente” se refieren a:
- el espacio (en presencia de).
- el tiempo (el tiempo en el que se está).
- el obsequio.
- El tiempo y el espacio compartido son claramente imprescindibles para que haya teatro. Pero es la idea del obsequio la que aporta otra acción que considero también fundamental a tener en cuenta para pensar lo teatral: la dedicación. Sabemos que un regalo se elige, con precisión y esmero, según quién sea el destinatario.
- Esta acción de dedicar resulta una herramienta muy productiva a la hora de encarnar los textos. No solo por el modo en que dedicar un texto a alguien puede revelar una expresión inesperada (y por lo tanto, en presente) sino por la acción de dedicarse a las palabras, a dejar que suenen, a darles espacio para que nos revelen un cuerpo, el cuerpo que las pueda enunciar.
- Pessoa escribió en algún sitio que “No querer es poder”. Y creo que allí hay una clave muy productiva para pensar la actuación. Abandonar el deseo de eficacia, de dominio y control sobre el texto, haciéndolo propio en la acción de dejarnos hacer por las palabras. Dejar que la incertidumbre de ese encuentro, renovado cada día, se convierta en la potencia de la encarnación. Es la revelación de un mundo que no estaba ni en el texto ni en el/la intérprete. Un mundo sólo posible en la actualización de ese encuentro.
Pablo Messiez
El taller Todo este universo tuvo lugar del 5 al 17 de diciembre de 2016 en El Pavón Teatro Kamikaze.
