Blackbird es un thriller tan tenso que el gran reto del material audiovisual consistía en que aportase tensión e información a la trama y no distrajese al espectador del trabajo de los actores.
Por ello decidimos reducir su uso al mínimo y experimentar con espacios y tiempos que no suelen ir acompañados de visuales.
A la hora de desarrollar el material audiovisual pronto encontramos referencias claras a uno de los grandes maestros del suspense: Alfred Hitchcock. Su forma de plantear las tramas y su imaginario sobrevolaban nuestras grabaciones como un pájaro negro.
Fue a la hora de finalizar el rodaje cuando atamos cabos y nos dimos cuenta de lo mucho que había influido el director británico sobre nuestra obra:
La visual inicial Una hacia Ray está estrechamente relacionada con Psicosis (1960): una joven que arrastra una gran carga emocional conduce mientras anochece hacia el lugar donde se va a desarrollar la trama.
A lo largo de la obra hay otras tres proyecciones:
- Un plano cenital del mar que produce cierto Vértigo (1958).
- Un dolly-in hacia un faro al anochecer que recuerda a la casa de Rebeca (1940) o al hotel de Norman Bates en Psicosis (1960).
- Un torbellino de plumas y humo que nos remite a Los pájaros (1963).
La visual final es otra escena de coches. Un plano secuencia que tiene mucho que ver con Los pájaros en varios sentidos y que además cuenta con un cameo muy propio del mismísimo Hitchcock.
Jaime Dezcallar
Responsable de audiovisuales de ‘Blackbird’
Blackbird, una coproducción de El Pavón Teatro Kamikaze y el XXXIV Festival de Otoño a Primavera de la Comunidad de Madrid, puede verse del 7 de abril al 7 de mayo de 2017 en El Pavón Teatro Kamikaze