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“Ahora solo queremos jugar en casa”

“Ahora solo queremos jugar en casa”
29 junio, 2016 quino

El 4 de diciembre de 2009 comenzó una aventura que nos ha cambiado la vida al grupo de profesionales de las artes escénicas que la inició. El estreno en el pequeño hall del Teatro Lara de Madrid de La función por hacer, adaptación libre de Seis personajes en busca de autor de Luigi Pirandello, nos brindó un gran éxito de público y un enorme reconocimiento profesional, pero sobre todo, la posibilidad de que ese grupo de trabajadores del teatro que se había reunido para un montaje puntual contemplara la posibilidad real de dar forma a un sueño: fundar una compañía estable bajo el nombre de Kamikaze Producciones.

Desde entonces, hemos sacado adelante muchas producciones propias y coproducciones: Veraneantes, adaptación libre sobre la obra de Gorki en coproducción con el Teatro de La Abadía; De ratones y hombres, en coproducción con Concha Busto y el Teatro Arriaga de Bilbao; Juicio a una zorra, un texto original que escribí para Carmen Machi y que se estrenó en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida; Deseo, otro texto original de mi autoría en coproducción con Pedro Larrañaga; El Proyecto Youkali, texto que escribí y dirigí para CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado); Misántropo, versión libre sobre el texto de Molière en coproducción con el Teatro Español y el Teatro Calderón de Valladolid; Teatro de la Ciudad, una iniciativa de investigación teatral que nos reunió a Andrés Lima, Alfredo Sanzol y a mí junto a nuestros equipos habituales y que terminó dando forma a tres tragedias griegas: Medea, Edipo Rey y Antígona.

Nuestro montaje más reciente es Hamlet, en coproducción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, estrenado en el Teatro de la Comedia de Madrid y que permanece de gira.

Durante este mismo tiempo, y aun no siendo producciones de Kamikaze, hemos participado en numerosos montajes que nos han ido cohesionando aún más como equipo artístico: La violación de Lucrecia, de William Shakespeare, monólogo que dirigí para Nuria Espert; El inspector, versión libre sobre la obra de Gógol, una producción del Centro Dramático Nacional; Un enemic del poble, versión libre sobre el texto de Ibsen para el Teatre Lliure, o la zarzuela ¡Cómo está Madriz!, una producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid.

La mayoría de nuestros montajes han sido extraordinariamente bien recibidos tanto por la crítica especializada como por el público. Hemos recibido numerosos premios y distinciones. Y un buen número de nuestros montajes siguen vivos a pesar de que fueron estrenados hace años.

La función por hacer comienza este año su gira por Europa después de haber recorrido muchos países latinoamericanos. Destino que también han seguido Juicio a una zorra y La violación de Lucrecia.

En 2015 empezamos a tantear otras vías en nuestro permanente compromiso con la investigación teatral y el crecimiento empresarial. Hemos coproducido con Buxman Producciones dos montajes de autores vivos: La isla púrpura, una recreación sobre el texto de Mijaíl Bulgákov escrito y dirigido por José Padilla, y La clausura del amor, escrito por Pascal Rambert quien también se hizo cargo de la dirección.

Este año también nos hemos aventurado en la producción cinematográfica para abordar, junto a Aquí y Allí Films, Las furias, película de la que soy guionista y director y que estrenaremos en octubre con un reparto estelar: Pepe Sacristán, Mercedes Sampietro, Carmen Machi, Emma Suárez, Gonzalo de Castro, Bárbara Lennie, Pere Arquillué, Alberto San Juan y Macarena Sanz.

Parece lógico que con estos mimbres nos hayamos puesto a buscar una casa donde establecernos y redondear nuestra aspiración de ser una compañía estable. Un espacio que nos permita seguir investigando, estudiando, compartiendo, ensayando, exhibiendo. Donde ser comercial solo signifique que conseguimos concitar el interés del público, pero que nunca sea excusa para rebajar los riesgos artísticos o definir las elecciones artísticas. Un lugar donde los montajes puedan pasar a formar parte de un repertorio. Un espacio donde abordar los grandes textos de la literatura dramática de todos los tiempos y donde estimular la creación de nuevas dramaturgias y su puesta en escena. Un teatro abierto a la danza y a la música. Un espacio para el teatro infantil y juvenil, espectadores de hoy mismo pero, sobre todo, espectadores para el futuro. Un espacio de encuentro ciudadano. Un espacio de diálogo y reflexión. Un espacio de fiesta y entretenimiento.

Todo esto queremos que sea El Pavón Teatro Kamikaze. Todo esto llevamos mucho tiempo haciéndolo. Ahora solo intentamos jugar en casa. Somos unos grandes anfitriones y nos esmeraremos mucho. Porque nos apasiona nuestro trabajo y porque nos va la vida (al menos la profesional) en hacer que cada espectador tenga en nuestra compañía una experiencia teatral tan excepcional que lo lleve a desear ardientemente volver a venir y, a ser posible, con la sensación de que vuelve a casa.

Miguel del Arco